Para este reto vamos a analizar el proyecto de primeras reservas genéticas de parientes silvestres de los cultivos en España llevado a cabo por la Universidad Politécnica de Madrid. Este proyecto se alinea con el ODS 2: Hambre cero, contribuyendo al mantenimiento de la diversidad de las semillas y las plantas cultivadas.
¿La Administración está lanzando un proyecto, programa, campaña de comunicación, o iniciativas de cualquier naturaleza vinculadas al desarrollo sostenible donde sea ella el agente “emprendedor”?
En este programa la Administración lo que busca es conservar las poblaciones naturales de especies silvestres emparentadas con los cultivos, ya que representan una fuente de diversidad para los fitomejoradores, y son utilizadas para la obtención de variedades adaptadas al cambio climático. Para ello se pretende llevar a cabo una red nacional de reservas genéticas respaldada por bancos de germoplasma. Se inició para ello un proyecto piloto en 2019 en la reserva de la biosfera de la Sierra del Rincón, y tres años después se han delimitado seis zonas de esta Sierra en la que se están conservando 38 especies en un área total de 7,4 hectáreas, junto con actividades de formación y la creación de material divulgativo.
¿De qué manera el sector público adopta ese rol protagonista e impulsor en la iniciativa seleccionada?
El sector público es fundamental en la puesta en marcha de la iniciativa, precisamente porque busca dar soluciones a problemas que afectan a la población general. Y es lógico que sea además una universidad quien la lleve a cabo, dentro de las funciones de investigación que tiene encomendadas. Además, colaboran otras administraciones públicas, como la Universidad Rey Juan Carlos, el Área de Vías Pecuarias de la Comunidad Autónoma de Madrid y el Ayuntamiento de La Hiruela. Además, esta iniciativa llevó a cabo un "efecto dominó" en otras administraciones, hasta llegar al Ministerio de Agricultura, quien ha lanzado la Estrategia nacional de conservación y utilización de parientes silvestres de los cultivos y plantas silvestres de uno alimentario.
¿Podría esa iniciativa llevarse a cabo sin la presencia de la Administración?
Esta iniciativa parece poco probable que se hubiese llevado a cabo por el sector privado, ya que no parece que se pudiese obtener un beneficio económico, al menos a corto plazo. Son precisamente estas iniciativas las que resaltan el papel imprescindible de las Administraciones Públicas a la hora de poner en marcha los ODS de la Agenda 2030, en la medida en que el sector privado se mueve lógicamente por la obtención de beneficios, y quedarían por lo tanto sin financiación aquellos que no pudiesen asegurarlo.
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